EL EVANGELIO DEL DÍA: “ANTES YO ERA CIEGO Y AHORA VEO” (JN 9,25) PRIMER LIBRO DE SAMUEL 16,1B.6-7.10-13A. El Señor dijo a Samu...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
Cuando ellos se
presentaron, Samuel vio a Eliab y pensó: "Seguro que el Señor tiene ante
él a su ungido".
Pero el Señor
dijo a Samuel: "No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura,
porque yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre
ve las apariencias, pero Dios ve el corazón".
Así Jesé hizo
pasar ante Samuel a siete de sus hijos, pero Samuel dijo a Jesé: "El Señor
no ha elegido a ninguno de estos".
Entonces Samuel
preguntó a Jesé: "¿Están aquí todos los muchachos?". El respondió:
"Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño".
Samuel dijo a Jesé: "Manda a buscarlos, porque no nos sentaremos a la mesa
hasta que llegue aquí".
Jesé lo hizo
venir: era de tez clara, de hermosos ojos y buena presencia. Entonces el Señor
dijo a Samuel: "Levántate y úngelo, porque es este".
Samuel tomó el
frasco de óleo y lo ungió en presencia de sus hermanos. Y desde aquel día, el
espíritu del Señor descendió sobre David.
SALMO 23(22),1-3A.3B-4.5.6.
El me hace
descansar en verdes praderas, me conduce a las aguas tranquilas y repara mis
fuerzas.
Aunque cruce por
oscuras quebradas, no temeré ningún mal, porque Tú estás conmigo: tu vara y tu
bastón me infunden confianza.
Tú preparas ante
mí una mesa, frente a mis enemigos; unges con óleo mi cabeza y mi copa rebosa.
Tu bondad y tu gracia
me acompañan a lo largo de mi vida; y habitaré en la Casa del Señor, por muy
largo tiempo.
Antes, ustedes
eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz.
Ahora bien, el
fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad.
Sepan discernir
lo que agrada al Señor, y no participen de las obras estériles de las
tinieblas; al contrario, pónganlas en evidencia.
Es verdad que
resulta vergonzoso aun mencionar las cosas que esa gente hace ocultamente.
Pero cuando se
las pone de manifiesto, aparecen iluminadas por la luz, porque todo lo que se
pone de manifiesto es luz. Por eso se dice: Despiértate, tú que duermes,
levántate de entre los muertos, y Cristo te iluminará.
Sus discípulos le
preguntaron: "Maestro, ¿quién ha pecado, él o sus padres, para que haya
nacido ciego?".
"Ni él ni
sus padres han pecado, respondió Jesús; nació así para que se manifiesten en él
las obras de Dios.
Debemos trabajar
en las obras de aquel que me envió, mientras es de día; llega la noche, cuando
nadie puede trabajar.
Mientras estoy en
el mundo, soy la luz del mundo".
Después que dijo
esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos
del ciego, diciéndole: "Ve a lavarte a la piscina de Siloé", que
significa "Enviado". El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía.
Los vecinos y los
que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: "¿No es este el que se
sentaba a pedir limosna?".
Unos opinaban:
"Es el mismo". "No, respondían otros, es uno que se le
parece". Él decía: "Soy realmente yo".
Ellos le dijeron:
"¿Cómo se te han abierto los ojos?".
El respondió:
"Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me
dijo: 'Ve a lavarte a Siloé'. Yo fui, me lavé y vi".
Ellos le
preguntaron: "¿Dónde está?". El respondió: "No lo sé".
El que había sido
ciego fue llevado ante los fariseos.
Era sábado cuando
Jesús hizo barro y le abrió los ojos.
Los fariseos, a
su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver. Él les respondió: "Me
puso barro sobre los ojos, me lavé y veo".
Algunos fariseos
decían: "Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado".
Otros replicaban: "¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?".
Y se produjo una división entre ellos.
Entonces dijeron
nuevamente al ciego: "Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?".
El hombre respondió: "Es un profeta".
Sin embargo, los
judíos no querían creer que ese hombre había sido ciego y que había llegado a
ver, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: "¿Es este el hijo
de ustedes, el que dicen que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?".
Sus padres
respondieron: "Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego, pero cómo es
que ahora ve y quién le abrió los ojos, no lo sabemos. Pregúntenle a él: tiene
edad para responder por su cuenta".
Sus padres
dijeron esto por temor a los judíos, que ya se habían puesto de acuerdo para
excluir de la sinagoga al que reconociera a Jesús como Mesías.
Por esta razón
dijeron: "Tiene bastante edad, pregúntenle a él".
Los judíos
llamaron por segunda vez al que había sido ciego y le dijeron: "Glorifica
a Dios. Nosotros sabemos que ese hombre es un pecador".
"Yo no sé si
es un pecador, respondió; lo que sé es que antes yo era ciego y ahora
veo".
Ellos le
preguntaron: "¿Qué te ha hecho? ¿Cómo te abrió los ojos?".
Él les respondió:
"Ya se lo dije y ustedes no me han escuchado. ¿Por qué quieren oírlo de
nuevo? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?".
Ellos lo
injuriaron y le dijeron: "¡Tú serás discípulo de ese hombre; nosotros
somos discípulos de Moisés!
Sabemos que Dios
habló a Moisés, pero no sabemos de donde es este".
El hombre les respondió:
"Esto es lo asombroso: que ustedes no sepan de dónde es, a pesar de que me
ha abierto los ojos.
Sabemos que Dios
no escucha a los pecadores, pero sí al que lo honra y cumple su voluntad.
Nunca se oyó
decir que alguien haya abierto los ojos a un ciego de nacimiento.
Si este hombre no
viniera de Dios, no podría hacer nada".
Ellos le
respondieron: "Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos
lecciones?". Y lo echaron.
Jesús se enteró
de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: "¿Crees en el Hijo
del hombre?".
El respondió:
"¿Quién es, Señor, para que crea en él?".
Jesús le dijo:
"Tú lo has visto: es el que te está hablando".
Entonces él
exclamó: "Creo, Señor", y se postró ante él.
Después Jesús
agregó: "He venido a este mundo para un juicio: Para que vean los que no
ven y queden ciegos los que ven".
Los fariseos que
estaban con él oyeron esto y le dijeron: "¿Acaso también nosotros somos
ciegos?".
Jesús les
respondió: "Si ustedes fueran ciegos, no tendrían pecado, pero como dicen:
'Vemos', su pecado permanece".
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