EL EVANGELIO DEL DÍA: "EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ, PORQUE ME HA CONSAGRADO POR LA UNCIÓN" PRIMERA CARTA DE SAN ...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
Porque nosotros
creemos que Jesús murió y resucitó: de la misma manera, Dios llevará con Jesús
a los que murieron con él.
Queremos decirles
algo, fundados en la Palabra del Señor: los que vivamos, los que quedemos
cuando venga el Señor, no precederemos a los que hayan muerto.
Porque a la señal
dada por la voz del Arcángel y al toque de la trompeta de Dios, el mismo Señor
descenderá del cielo. Entonces, primero resucitarán los que murieron en Cristo.
Después nosotros,
los que aún vivamos, los que quedemos, seremos llevados con ellos al cielo,
sobre las nubes, al encuentro de Cristo, y así permaneceremos con el Señor para
siempre.
Consuélense
mutuamente con estos pensamientos.
Porque el Señor
es grande y muy digno de alabanza, más temible que todos los dioses.
Los dioses de los
pueblos no son más que apariencia, pero el Señor hizo el cielo.
Alégrese el cielo
y exulte la tierra, resuene el mar y todo lo que hay en él; regocíjese el campo
con todos sus frutos, griten de gozo los árboles del bosque.
Griten de gozo
delante del Señor, porque él viene a gobernar la tierra:
Él gobernará al
mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 4,16-30.
Jesús fue a Nazaret, donde se había criado; el sábado entró como de costumbre en la sinagoga y se levantó para hacer la lectura.
Le presentaron el
libro del profeta Isaías y, abriéndolo, encontró el pasaje donde estaba
escrito:
El Espíritu del
Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a
llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y
la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de
gracia del Señor.
Jesús cerró el
Libro, lo devolvió al ayudante y se sentó. Todos en la sinagoga tenían los ojos
fijos en él.
Entonces comenzó
a decirles: "Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de
oír".
Todos daban
testimonio a favor de él y estaban llenos de admiración por las palabras de
gracia que salían de su boca. Y decían: "¿No es este el hijo de
José?".
Pero él les
respondió: "Sin duda ustedes me citarán el refrán: 'Médico, cúrate a ti
mismo'. Realiza también aquí, en tu patria, todo lo que hemos oído que sucedió
en Cafarnaún".
Después agregó:
"Les aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra.
Yo les aseguro
que había muchas viudas en Israel en el tiempo de Elías, cuando durante tres
años y seis meses no hubo lluvia del cielo y el hambre azotó a todo el país.
Sin embargo, a
ninguna de ellas fue enviado Elías, sino a una viuda de Sarepta, en el país de
Sidón.
También había
muchos leprosos en Israel, en el tiempo del profeta Eliseo, pero ninguno de
ellos fue curado, sino Naamán, el sirio".
Al oír estas
palabras, todos los que estaban en la sinagoga se enfurecieron y, levantándose,
lo empujaron fuera de la ciudad, hasta un lugar escarpado de la colina sobre la
que se levantaba la ciudad, con intención de despeñarlo.
Pero Jesús,
pasando en medio de ellos, continuó su camino.
EXTRAÍDO DE LA BIBLIA: LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS.
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