EL EVANGELIO DEL DÍA: “YO HE RECIBIDO TODO PODER, EN EL CIELO Y EN LA TIERRA” (MT 28,18) LIBRO DE BARUC 4,5-12.27-29. ¡Animo, pueblo m...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
“YO HE RECIBIDO TODO PODER, EN EL CIELO Y EN LA TIERRA” (MT 28,18)
LIBRO DE BARUC 4,5-12.27-29.
¡Animo, pueblo mío, memorial viviente de Israel!
Ustedes fueron
vendidos a las naciones, pero no para ser aniquilados; es por haber excitado la
ira de Dios, que fueron entregados a sus enemigos.
Ustedes irritaron
a su Creador, ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios; olvidaron al
Dios, eterno, el que los sustenta, y entristecieron a Jerusalén, la que los
crió.
Porque ella, al
ver que la ira del Señor se desencadenaba contra ustedes, exclamó:
"Escuchen, ciudades vecinas de Sión: Dios me ha enviado un gran dolor.
Yo he visto el
cautiverio que el Eterno infligió a mis hijos y a mis hijas.
Yo los había
criado gozosamente y los dejé partir con lágrimas y dolor.
Que nadie se
alegre al verme viuda y abandonada por muchos. Estoy desolada por los pecados
de mis hijos, porque se desviaron de la Ley de Dios:
¡Animo, hijos,
clamen a Dios, porque aquel que los castigó se acordará de ustedes!
Ya que el único
pensamiento de ustedes ha sido apartarse de Dios, una vez convertidos,
búsquenlo con un empeño diez veces mayor.
Porque el que
atrajo sobre ustedes estos males les traerá, junto con su salvación, la eterna
alegría".
SALMO 69(68),33-35.36-37.
Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor: porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos.
Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos; porque el Señor salvará a Sión y volverá a edificar las ciudades de Judá: el linaje de sus servidores la tendrá como herencia, y los que aman su nombre morarán en ella.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10,17-24.
En aquel tiempo, los setenta y dos volvieron llenos de gozo y dijeron a Jesús: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu Nombre".
Él les dijo:
"Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Les he dado poder
para caminar sobre serpientes y escorpiones y para vencer todas las fuerzas del
enemigo; y nada podrá dañarlos.
No se alegren,
sin embargo, de que los espíritus se les sometan; alégrense más bien de que sus
nombres estén escritos en el cielo".
En aquel momento
Jesús se estremeció de gozo, movido por el Espíritu Santo, y dijo: "Te
alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, por haber ocultado estas cosas a
los sabios y a los prudentes y haberlas revelado a los pequeños. Sí, Padre,
porque así lo has querido.
Todo me ha sido
dado por mi Padre, y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre, como nadie
sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera
revelar".
Después,
volviéndose hacia sus discípulos, Jesús les dijo a ellos solos: "¡Felices
los ojos que ven lo que ustedes ven!
¡Les aseguro que
muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven y no lo vieron, oír lo
que ustedes oyen y no lo oyeron!".
EXTRAÍDO DE LA BIBLIA: LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS.
“YO HE RECIBIDO TODO PODER, EN EL CIELO Y EN LA TIERRA” (MT 28,18)
“Cacen a los zorros, a esos zorros pequeños que arrasan las viñas, ¡y nuestras viñas están en flor!” (Ct 2,15). ¿Podemos penetrar la profundidad de este pensamiento? ¡Qué maravilla la grandeza divina que aquí está contenida y qué trascendencia del poder de Dios nos es revelada en este texto!
El denominado con expresiones tan fuertes como homicida, “soberano de este mundo de tinieblas, espíritu del mal que habita en el espacio.…” (cf. Ef 6,12) y “el que tenía el dominio de la muerte” (Heb 2,14), el Verbo lo describe en su temible naturaleza, mostrándolo grande y poderoso, jefe de legiones demoníacas. Sin embargo, ¿cómo lo denomina el verdadero y único Poder? Un pequeño zorrito. A todos sus seguidores, a toda la armada a su servicio, el que anima a los cazadores a cazarlo los nombra con desprecio. (…)
Quizás podríamos decir que ellos son los santos apóstoles que envió para cazar tales bestias. Había dicho: “Yo los haré pescadores de hombres” (cf. Mt 4,19). No podrían haber llevado a buen término la pesca de hombres si no hubieran antes cazado esas bestias. Esos pequeños zorritos, con sus guaridas, recuerdan a los corazones que han tapizado un espacio, para que sea un lugar en el que el Hijo de Dios pueda reposar su cabeza, al no tener más refugio en sus corazones la raza de zorros. (…)
El Verbo les dice que todas las potencias de la tierra contra las que el hombre lucha, (…) son pequeños zorritos, astutos pero patéticos si se los compara a su poder divino. Si se los domina, nuestra viña humana, es decir la naturaleza humana, recobrará su belleza propia y preludiará con flores de vida virtuosa la abundancia de racimos. “Cacen a los zorros, a esos zorros pequeños que arrasan las viñas, ¡y nuestras viñas están en flor!”.
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